Dear Families and Friends of
Immaculate Heart of Mary,
Welcome to “Lost and Found Sunday!” Just in case being in church makes us proudly
consider ourselves especially religious, today’s Gospel suggests that we’d be wiser to
admit that we’re sometimes lost. Then we’ll eventually be happily counted among
Jesus’ “found,” because today Jesus focuses on a lost sheep, lost coin, lost son. Jesus
does so because the Pharisees and scribes, proudly considering themselves especially
religious, “began to complain” that Jesus welcomes sinners and eats with them.” So
Jesus warns them—and us—to stop judging others. Marvel instead that God’s amazing
grace has found us!
Indeed, we should become Jesus’ friends lovingly trying to find others. So Exodus
asks, if God “relented in punishment” and pardons us, shouldn’t we forgive fellow
sinners graciously? Even Paul admits his “arrogance” as ”foremost among sinners.”
We too, happy at being “mercifully treated,” should share with everyone else Jesus’
unfailing patience.
Often, especially in confession, we ask for God’s forgiveness. But do we easily forgive
others? Not so. Forgiveness is not an easy task. We find it difficult when there is hurt or
anger involved. Let us forgive others as God always has mercy on us.
Immaculate Heart of Mary, pray for us.
Father Quang
Copyright © 2013 Immaculate Heart of Mary Catholic Church
Queridas Familias y Amigos del
Imaculado Corazon de Maria,
Bienvenidos al “Domingo Perdido y Encontrado!” En caso de que al estar en la iglesia
nos haga considerar sentirnos orgullosos de ser religiosos, el Evangelio de hoy sugiere
que seria mas prudente admitir que algunas veces estamos perdidos. Para luego en
última instancia estar felizmente contados entre los “encontrados” por Jesús, porque
Jesús hoy se enfoca en una oveja Perdida, una moneda perdida, un hijo perdido. Jesús
lo hace porque los fariseos y escribas, que orgullosamente se consideran religiosos,
“empiezan a quejarse” que Jesús “se reúne con pecadores y además come con ellos.”
Jesús les advierte, y a nosotros también, dejar de juzgar a los demás. Por el contrario es
asombrante de la extraordinaria gracia de Dios que no ha encontrado!
De hecho debemos hacernos los amorosos amigos de Jesús tratando de buscar a otros.
Así el Éxodo pide, si Dios “cedió en castigo” y nos perdonó, no deberíamos perdonar con
gracia a nuestros prójimos pecadores? Incluse Pablo admite su “arrogancia” como “el
más importante entre los pecadores.” Nosotros también, felices de ser
“misericordiosamente tratados,” debemos compartir con todos los demás la inagotable
paciencia de Jesús.
A menudo, especialmente en la confesión, pedimos perdón a Dios pero perdonamos
fácilmente a los demás? No es así. Perdonar no es una tarea fácil. Nos resulta difícil
cuando hay dolor o ira de por medio. Perdonemos a los demás como Dios siempre tiene
misericordia de nosotros.
Inmaculado Corazón de María, ruega por nosotros.
Padre Quang